ESOFAGO DE BARRET (eb)



El EB se define como la presencia de epitelio con metaplasia intestinal en sustitución del epitelio escamoso normal del esófago, siendo por lo tanto el diagnóstico histológico a través de las biopsias obtenidas por endoscopia. El esófago de Barrett (EB) es una entidad premaligna cuya prevalencia en estudios poblacionales es de 1,6%3 y su aparición está relacionada con la enfermedad por reflujo gastroesofágico, de tal manera que el 8-20% de los pacientes con reflujo gastroesofágico crónico presentan EB.
El EB ha sido reportado entre el 0,45 y el 2,2% de los pacientes que se realizan una endoscopia digestiva alta y en más del 12% si la indicación es por síntomas de reflujo. El diagnóstico de adenocarcinoma esofágico y EB ha aumentado más de 6 veces su frecuencia en los últimos 25 años.



A) Imagen endoscópica del esófago de Barrett. El epitelio escamoso normal del esófago es sustituido por epitelio columnar.
B) Aspecto del esófago de Barrett totalmente reepitelizado por neoepitelio escamoso 8 semanas después de la ablación.
La secuencia de los cambios histológicos en la progresión a malignidad del EB es:
a. Displasia de bajo grado [DBG]
b. Displasia de alto grado [DAG]
c. Adenocarcinoma

Cuando se detecta la presencia de DAG, el riesgo de transformación maligna es de alrededor de 16 a 59% en 5 años mientras el riesgo de progresión a cáncer del EB sin displasia es del 0,5% por año. Por lo tanto la detección precoz de malignidad es deseable ya que las posibilidades de curación del adenocarcinoma de esófago se encuentran limitadas a la resección completa del tumor en estadios iniciales. Por este motivo, los pacientes con EB deben ser controlados periódicamente mediante endoscopia y biopsias para detectar la transformación maligna en fases tempranas.
En los últimos años hubo un gran avance en el diagnóstico y tratamiento endoscópicos del EB y actualmente hay una gran evidencia de que el tratamiento endoscópico del EB y las neoplasias relacionadas es seguro y eficaz en pacientes seleccionados. Las técnicas ablativas permiten la eliminación completa de la mucosa de Barrett con riesgo de degeneración reduciendo el riesgo de recidiva local. Sin embargo, cuando se realiza resección endoscópica de todo el EB pueden aparecer complicaciones como la estenosis. La ablación por radiofrecuencia (RFA) es una técnica endoscópica que ha demostrado una gran eficacia en el tratamiento del EB con y sin displasia.